Critica de Dragon Ball Evolution.

Como decía la madre de Forrest Gump: «la vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar». Eso lo decía antes de ver el póster de la película.

¡Todos con afán! ¡Todos a la veeeez!

Os aviso antes de que sigáis leyendo: voy a contar toda la película, así que si alguno tiene pensado ir a verla, que no vaya.

La tarde del estreno empezó divertida ya en la misma cola del cine. Muchos ya os lo estáis preguntando y la respuesta es: sí, fui a verla al cine. La siguiente pregunta es obvia, como su respuesta: sí, pagué por verla y sí, la vi hasta el final, apoteósico, y el caso es que larga no se hace porque dura apenas hora y media. Bueno, el caso es que estábamos en la cola del cine y delante había un par de viejecillas: una llevaba puestas unas lentillas (o eso o tenías unas cataratas más grandes que las del Niagara) y a la otra era clavada a Mickey Rourke, es decir, tenía aspecto de plástico, de hecho parecía que la había operado su amiga la de las cataratas, que nos recomendó una película: La Lista, que es una sucesión de cosas apuntadas en un papel y no una mujer inteligente, como aclaró ella. Muy amable le pedí que colaborara en este foro pero me dijo que no sabía donde estaba su ordenador, que hacía mucho que no lo veía.

Luego al entrar al cine se torció el día, porque empezó la película.

La idea de llevar a Goku al cine se gestó durante varios años, más concretamente durante todas las visitas del director James Wong a las salas. De pequeño decidió comprarse un cuaderno y apuntar las cosas que más le gustaran de todas las películas que iba viendo para después plasmarlo en su propia creación. Apuntó, por supuesto, al más malvado de los enemigos: Darth Vader . Años más tarde vio los Power Rangers y pensó que los masillas eran unos estupendos súbditos y al ver El Señor De Los Anillos decidió transformarlos en los uruk hai. También le gustó la idea de los palantir, las bolas de cristal que usaba Sauron para comunicarse con sus aliados. De Spider-Man le encantó el sentido arácnido y de X-Men le parecieron «de lo más molón» los trajes de los mutantes. Al ver Matrix le gustó la agilidad de los protas y lo apuntó en la libreta y cuando se le acabaron las hojas le pasaron los comics de bola de dragón y pensó que si juntaba todo esto le quedaría una película «de Oscar». Y así ha sido, le ha quedado una película de Óscar, pero de lo que hace Óscar después de comer mucho: unos zurullos como castillos.

 

 

Personajes:

Ahora una breve descripción con comparativa de la fabulosa recreación del universo Dragon Ball. Las imágenes son reales de la película, palabra.

Algo pasa con Goku.

GOKU: aunque parezca mentira es el mismo protagonista que el del original. Es un adolescente que va al instituto, en el que es considerado un  bicho raro. Vive con su abuelo, que le está adiestrando en los caminos de la fuerza, eh… perdón en las artes marciales, y le tiene prohibido al chaval darse de hostias si no es con él. El chico está locamente enamorado de Chi Chi, la chica más popular del instituto. Va a cumplir 18 años y tiene un pavo del copón, pero en el fondo es responsable. Tiene rasgos occidentales y su abuelo es japonés. Además es un tirillas.

 

Chencho, hijo.

GOHAN: es el abuelo de Goku y es experto en artes marciales. Ha cuidado a su nieto sin decirle su origen y el gilipollas ni sospecha. Pese a estar para el arrastre todavía le gana a su nieto.

Son clavaos.

ROSHI: es el nombre original del Maestro Tortuga. Es un hombre ya entrado en años que vive en una isla en medio de la ciudad (¿?). También es experto en artes marciales y es el que se encarga de que Goku acabe su adiestramiento. Es un viejo verde aunque no tanto como en la serie, de la que ya no conserva ni sus gafas, ni su calva, ni su barba, ni su caparazón de tortuga.

No tiene el pelo azul, pero sí una mecha de ese color. Nadie se pispa con ese detalle.

BULMA: es una Doctora en física aplicada y una manitas para construir aparatos electrónicos. Su padre es dueño de una empresa de cápsulas de las que salen cacharros y va en busca de las Bolas de Dragón para hacerse famosa.

Darth Vader con una mascarilla facial.

PICCOLO: es un namekiano que, aunque tiene pinta de estar enfermo por ese color pálido-diarreico, es el malo malísimo, es peor que los nazis y la fanta del Pryca juntos. Lleva un traje que le regalaron los X-Men y las antenas de la serie se las ha pegado a la cabeza porque sus compañeros se reían de él. Aún así le encerraron durante 2000 años en una vasija y se le ha agriado el carácter. Su madre sigue pensando que en el fondo es bueno.

La chica va siempre mostrando entreteto.

CHI CHI: es el gran amor de Goku y también es una luchadora, pero no lo sabe nadie porque se reirían de ella como lo hacen de Goku. Sale con el mazas del instituto, pero en realidad le gusta el raro que vive con su abuelo. Ni rastro de su padre gigante que aparece en la serie.

Este usa témperas como tinte.

YAMCHA: es un ladronzuelo que vive en el desierto y ya no tiene problemas en hablar con las chicas. Tiene buen fondo y al final ayuda a los buenos contra Piccolo. Tiene un problema de raíces, y no es que esté inadaptado, es que va teñido de rubio y tiene las raíces negras.

Quizá la que más se parezca si obviamos edad, color de ojos, pelo, tetamen,...

MAI: es la ayudante de Piccolo, aunque en la serie es la acompañante de otro enemigo: Pilaf, del que debió separarse al hacer la otra mierda de Dragon Ball GT. Mete hostias como panes y es la que hace el trabajo sucio para que otros se lleven  la gloria.

 

La «pinícula»

Cualquiera que haya leído el comic o haya visto la serie sabrá que Goku es un chico de apenas 14 años con cola de mono, que ha vivido toda su vida en el monte con su abuelo y que no ha conocido más que eso. Bueno pues en este esperpento nos encontramos a un chaval a punto de llegar a la mayoría de edad que no se parece en nada a la descripción anterior.

Todo empieza con una pelea entre Goku y su abuelo Gohan sobre unas cuerdas, por supuesto, el que caiga pierde. Cuando parece que Goku va a ganar, el abuelo le proyecta un eructo y tira al nene al suelo. El chaval, aunque un poco parado, es un rebelde y le dice al abuelo que quiere aprender más, a lo que este responde que tenga paciencia «joven Luke» y le suelta un sermón. Goku, con el gesto torcido se dispone a ir a clase, pero el viejo le intercepta y le da dos regalos porque justo ese día es su cumpleaños: una bola de cristal con cuatro estrellas dentro y un cuento, la leyenda de las Bolas de Dragón. Cuando toca la bola por primera vez, ve la cara de Piccolo, como si fuera un palantir de Sauron. Mientras, el malo está jugando a destruir ciudades para conseguir las Bolas de Dragón.

Goku llega a la ciudad donde está el instituto (sí, al instituto), y ya no vemos, como en la serie, una metrópolis futurista, ni animales que van a dos patas y hablan, ni coches voladores, sino una ciudad como las actuales, con su high-school a la americana y con los grupos sociales que existen en dichos centros, a saber: los populares, que son además unos matones, los empollones o gilis, los intrascendentes y los raros, grupo al que pertenece al protagonista. Cuco (así le llaman los matones) se enfrenta a los populares, que le ridiculizan, pero a Chi Chi se le ablanda el corazón y le invita a su fiesta. Goku decide pasar de celebrar el cumpleaños con su abuelo e ir a la fiesta, donde hace entrada a lo Matrix.

 

Les quitas los trajes de negro y las gafas y nadie se pispa que esto lo saqué de Matrix. Soy un genio.

Les quitas los trajes de negro y las gafas y nadie se pispa que esto lo saqué de Matrix. Soy un genio.

Así que Gohan, solo en la casa, con el bizcocho que le había hecho a Goku es sorprendido por Piccolo y su ayudante,  con media tarta ya en la boca, que buscan la bola de cuatro estrellas. Al no encontrarla porque Goku la tenía consigo, el bicho verde decide destruir la casa.

El chaval percibe un aviso de su sentido arácnido y sabe que algo malo le pasa al viejo y cuando llega a casa se encuentra a su abuelo moribundo, y éste le dice que Piccolo ha escapado de su prisión milenaria y anda buscando las Bolas de Dragón para pedirle al dragón Shenron un deseo: destruir la tierra para vengarse de la humanidad. Además en siete días se producirá un eclipse solar y en ese momento podrá convocar a su ayudante-bestia Ozaru. Entonces será imposible pararlo porque Ozaru es el más peligroso de los ayudantes-bestia del mundo. Antes de morir el abuelo le dice que busque a Muten Roshi, un antiguo compañero, y le de una nota.

Cuando Cuco se dispone a ello, aparece Bulma, que también busca las Bolas de Dragón, pero como es más avispada lo hace con un radar. Tras intentar matarse el uno al otro llegan a un acuerdo para buscar las bolas juntos. Bulma tira una capsula de la que sale sin explosión ni nada un triciclo todo-terreno, con el que van a buscar a Roshi.

Como quedan siete días para el eclipse… no espera, que ahora sólo quedan cinco, deciden buscar en la ciudad con ayuda de las páginas blancas de la compañía telefónica, pero no le encuentran, así que aprovechan y le gastan una broma a Moe. De repente encuentran una casa en medio de un lago y entran, pero un nada anciano maestro tortuga sin tortuga les hace frente al creer que son ladrones. Una vez resuelto el malentendido y leída la nota, hablan sobre Piccolo y Roshi les dice que para detenerle existe una vasija mágica para encerrarle (verás cuando se entere Piccolo la que lía) así que se van los tres a pararle los pies al namekiano.

Durante el camino Roshi va adiestrando a Goku y le enseña a sentarse y a dar la patita (a hacerse el muerto no que tenía mucho respeto al más allá) y para que afiance conceptos le lleva a entrenar a un remanso de paz y tranquilidad. Al llegar, descubren que ahora se llama Marina D’or Lucha y que no cabe un alma, pero sirve para que Goku y Chi Chi se encuentren (que bien hilado, tres hurras por el guionista. Sí, sí, tres hurracanes…), y el chico descubra la pasión por la lucha de ella, que le pide por favor que vaya a verla a un torneo de artes marciales, donde curiosamente participa la ayudante de Piccolo, que tras quitarle sangre a Chi Chi, se retira. ¿Para qué querrá esa sangre?

Vuelve el guión a la trama argumental después del inciso, y vemos al trío calavera por el desierto, y donde debería haber camino encuentran un agujero hábilmente perforado por Yamcha el ladrón, o más conocido como Gallardón el Terrible, porque siempre viaja con una tuneladora en miniatura para sus trampas. El rubio de bote les pide dinero a cambio de sacarlos de allí, pero el radar muestra que hay un Bola de Dragón cerca, así que convencen a Gallardón el destroza muros y a su tuneladora Dulcinea para sacarla.

Después de pasar tres días encerrados en el agujero prosiguen con su misión, que les lleva la mismísimo Monte del Destino de El Señor de Los Anillos, pero al hacerse con la bola aparecen los uruk hai, nacidos de la sangre del propio Piccolo, y la ayudante personal de Piccolo, porque le encanta que los planes salgan bien. Pero no le salen bien y tiene que cambiar de estrategia, por lo que decide infiltrar a Mai disfrazada de Chi Chi (¡ajá, para eso quería la sangre!) en el templo a donde ya han llegado nuestros «héroes».

Como ya está a las puertas la lucha final, Roshi decide enseñarle a Goku la técnica de las técnicas: el Kame Hame Ha. Cuando el prota está practicando aparece Chi Chi que le ayuda a aprender la técnica, con erótico resultado, pero resulta no ser la verdadera Chi Chi, sino Mai que ha robado las Bolas de Dragón. Cuando se disponen a pararle los pies aparece la verdadera Chi Chi y Goku ante la duda deja inconsciente a la que más cerca estaba, que resulta ser la buena, así que la mala le pega un tiro que le deja cerca del corral de los quietos, pero Roshi le revive con el versátil Kame Hame Ha u onda vital como se ha llamado aquí toda la vida, que lo mismo te plancha, que te fríe un huevo, que resucita muertos e incluso vale para matar al malo de turno. Eso sí que es un parto aprovechado.

Como Piccolo ya tiene todas las bolas mágicas y ya es el día del eclipse, deciden que es la hora de pelear.Hacen su entrada en escena en el momento justo para frustrar la llamada al dragón, cosa que a Piccolo le sienta fatal y se lía a mamporros con ellos.

 

El eclipse que parece anunciado por RENFE porque no coincide el tiempo que dicen que tarda en pasar hata que ocurre realmente.

El eclipse que parece anunciado por RENFE porque no coincide el tiempo que dicen que tarda en pasar hasta que pasa realmente.

Y es aquí cuando llega el momento cumbre: Piccolo del espacio se dispone a invocar a Ozaru y ante la sorpresa de todos le dice a Goku que es su ayudante-bestia y hace que el chico se transforme en mono. Cualquiera que conozca la historia de Bola de Dragón sabrá que Goku es un Saiyan, una raza del espacio cuyos miembros poseen una cola que hace que, debido a la luz de la luna llena, se transformen en monos gigantes para conquistar otros planetas. Como Goku es un guerrero menor le mandan a la Tierra porque podrá conquistarla sin problemas. Pues bien, al director no le gustó esa historia, así que decidió que Goku viniera a la Tierra en un meteorito, pudiendo respirar el no aire que hay en el espacio y no quemarse al entrar en la atmósfera, y además, el chico se transformará en mono con los eclipses solares y no con la luna llena, que Ozaru midiera solo 3 metros y que fuera el matón de Piccolo.

Total que el mono empieza a pegar a los buenos, especialmente a Roshi que fallece intentando hacer entrar en razón a Goku. Las palabras del maestro le llegan al mono a la patata y en un arrebato de buena voluntad el protagonista consigue dominar a la bestia y volver a ser humano y en dos minutos va el tío y se carga a Piccolo, al más peligroso de los malos, con el Kame Hame Ha, claro. Después invocan al dragón para resucitar a Roshi, en vez de usar la onda vital, y chimpún.

Todo el mundo ha desaparecido del cine, incluso con las luces apagadas, y de repente aparece una mujer cuidando a un tipo que resulta ser Piccolo, que se da la vuelta hacia la mujer con una mueca de maldad como diciendo: en la segunda parte voy a ser tan malo como esta película, ¡ja ja ja ja! Y ya sí que por fin chimpún.

 

 

Conclusión:

Los que os consideréis seguidores de Dragon Ball lo pasaréis mal, sobre todo porque no se parece en nada a la serie original, ni personajes, ni paisajes ni nada. El director se toma licencias innecesarias y absurdas que llevaría mucho tiempo enumerarlas todas. Esto hace pensar que a Toriyama le deben haber llenado de billetes por dejar que vea la luz esta cinta.

Resulta respetable el trabajo de un director, pero no lo es tanto cuando decide estropear así una saga tan admirada por muchos chavales que crecimos con ella. Si en algún momento consigues separar la serie que todos hemos visto y la película no tendrías ni una buena película de acción, porque va a una velocidad endiablada que hace que no te enteres de donde se van quedando los días que pasan. Lo bueno de esto es que por lo menos es corta, pero si tienes que pagar por verla, mejor vete de cañas con los 7 euros de la entrada. Avisados estáis, y quedad prevenidos porque parece ser que va a haber trilogía. Sí señor, trilogía, ¡que de cañas nos vamos a tomar!

Por favor no veáis esta película ni como curiosidad, ni siquiera para reíros. Además está contraindicada para seguidores del original. Por cierto, no devuelven el dinero después de verla, ni salen presentadores famosos a decirte que era una cámara oculta de la gala Inocente, Inocente.

Y a ti que ya la has visto, lo siento, porque has tirado el dinero, como todo el mundo que fue a verla, y no te queda otra que maldecir una y otra vez tu mala suerte por haber vivido una experiencia como esta, que quedará en tu subconsciente para los restos. Sabrás que en tu lecho de muerte tus últimas palabras serán: «por favor, no le contéis a nadie que yo vi Dragon Ball Evolution».

 

 

Por: Gutural Boy.

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